Este cuento pretende explicar a los niños el sentido de la muerte de los seres queridos y como, a partir de un hecho doloroso y triste se pueden desarrollar valores y fortalezas que favorecen el crecimiento personal。
Saber que siguen a nuestro lado, aunque no los podamos ver y que un día volveremos a estar juntos para siempre, nos llena de esperanza y nos da la fuerza para disfrutar, seguir viviendo y aprender a ser mejores personas。
A su vez, subraya la importancia de reconocer y expresar emociones como la tristeza y la angustia como medio de curación。
Se basa en una historia real y destaca la importancia de estar informado y preparado para afrontar la fase de separación desde una edad temprana。 Estar preparado puede ayudar a reducir el periodo de sufrimiento y hacerlo menos traumático。